Un nuevo mirador al pie de La Serrezuela de Bedmar recupera una zona muy degradada en el entorno del Castillo Nuevo
La concejalía de Turismo y Medioambiente ha plantado más de medio millar de árboles, plantas y arbustos en la recuperación de varios espacios y rincones del pueblo.
La concejalía de Medioambiente del Ayuntamiento de Bedmar-Garciez ha plantado más de medio millar de árboles, plantas y arbustos en distintos espacios y rincones de la localidad durante el último año, con una importante inversión económica, según el balance que hacía la concejala del área, Isabel Troyano Carreras, en la inauguración estos días de unas de esas zonas, el Mirador de La Serrezuela, situado al pie de la sierra que corona esta población.
La puesta en marcha de este mirador ha permitido la eliminación de una zona altamente degradada en la zona baja del Ejido, junto a la variante nordeste del pueblo y a escasos metros del Castillo Nuevo bedmareño. “De nada servirá que recuperemos nuestro patrimonio histórico y artístico si luego no somos capaces de ofrecer al visitante un pueblo bonito y atractivo y sobre todo, respetuoso con el medioambiente”.
“Hemos eliminado un punto que actualmente servía de basurero y que ofrecía una imagen poco positiva del pueblo y del entorno del principal monumento histórico de Bedmar, una zona muy visitada por los turistas que nos visitan y por los propios vecinos”, señalaba la concejala de Medioambiente y Turismo.
En la zona recuperada, alrededor de unos 300 metros cuadrados, se han plantado tanto árboles como arbustos como el ciprés leilandy, cedros, madroños, endrinos o plantas olorosas como el romero, tomillo y lavanda, en un espacio rodeado por una baranda de troncos de madera. En el mirador se han instalado varios bancos y un panel informativo sobre la historia de ese entorno desde donde se pueden observar tanto la parte nordeste del Castillo Nuevo como los restos de la muralla del Bedmar más antiguo la actual Peñamarta, en la misma pared de la Serrezuela.
La concejala de Medioambiente y Turismo aseguraba que “era una actuación necesaria para eliminar un espacio degradado que no podemos permitirnos si queremos promocionar y atraer visitas a nuestro pueblo justo en una zona donde se encuentra el monumento más visitado de la localidad, nuestro Castillo.”, donde se están realizando los trabajos de una primera fase de recuperación y puesta en valor de la fortaleza bedmareña con la reforma y aseguramiento de las partes más débiles así como del perímetro, dotando a los paramentos de tapia de unas adecuadas condiciones de estabilidad. Todo ello, a través del programa del 1,5% cultural del Ministerio de Fomento, con el apoyo de la Diputación provincial y el Ayuntamiento.