Un investigador de la Universidad de Jaén desarrolla un respirador artificial mucho más versátil y opciones de control
Se trata del profesor del Departamento de Ingeniería Electrónica y Automática del centro de las Lagunillas, Ángel Gaspar González Rodríguez.
El profesor del Departamento de Ingeniería Electrónica y Automática de la Universidad de Jaén, Ángel Gaspar González Rodríguez, ha desarrollado un respirador artificial. El investigador de la UJA explica que la idea surgió al ver la carencia de ventiladores ciclados y la necesidad de los mismos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los hospitales.
En comparación con otros ventiladores que ya han sido fabricados y homologados, el diseñado por Ángel Gaspar González es más versátil y ofrece mayores posibilidades de control. “Por ejemplo, el modelo que ya ha sido fabricado por una empresa de automoción es una adaptación de los equipos portátiles que se utilizan en las unidades móviles. No tiene regulación de la concentración de oxígeno, del volumen de aire insuflado (volumen tidal) ni de la relación entre inspiración y expiración. Está basado en componentes plásticos rotativos que pueden dar problemas de desgaste y fatiga con el paso del tiempo. Existe otro modelo, desarrollado en la Universidad de Málaga, que sí permite modificar esta última relación. Además, al igual que el modelo propuesto, no utiliza motores, sino electroválvulas, cuyo funcionamiento en ámbitos industriales está más que probado durante vidas útiles de varios años sin fallos”, explica.
Sobre las características de este respirador y su utilidad, el modelo creado por el investigador de la UJA, tal y como está diseñado, impone la frecuencia respiratoria al igual que otros modelos básicos, pero puede ser fácilmente modificado para adaptarse a la frecuencia del paciente. Además, permite que el facultativo modifique la concentración de oxígeno en función del nivel de saturación del paciente, o el volumen tidal en función del peso del mismo, a diferencia de modelos anteriores en que se realizaba un control por presión. En cualquier caso, coincide con otros modelos más básicos y más avanzados en la aportación automatizada de una corriente de aire (oxigenado o no) para asistir a pacientes con insuficiencia respiratoria aguda.
Una vez testado, Ángel Gaspar espera poder homologarlo o bien, ante las dificultades que presenta este proceso, poner este conocimiento al servicio de la sociedad con el objetivo de que alguna empresa con capacidad industrial pueda conseguir su homologación, comercialización y venta a un precio más asequible para las unidades hospitalarias.
En este sentido, el investigador de la UJA explica que en ciertos sectores como el de los fitosanitarios, medicamentos o equipamiento médico, son necesarios un gran número de ensayos y tests antes de poder comercializar el producto. “Este proceso es costoso y largo, accesible a muy pocas firmas, que además se benefician de que pequeños investigadores o productores no puedan acceder al estado final de comercialización. Se establece por tanto un oligopolio en el que las leyes de oferta y demanda están un poco desvirtualizadas. Técnicamente estos equipos no son complejos, y sin embargo su precio es muy elevado, y aún más en los primeros estados de la pandemia en el que han confluido una fuerte demanda internacional, una producción limitada y una presión popular por su adquisición”, indica el profesor del Departamento de Ingeniería Electrónica y Automática, que ha desarrollado este sistema en solitario con el apoyo de un ingeniero egresado de la UJA, Jorge Vadillo Martín, al que dirigió su TFG, y que actualmente trabaja en Electromedicina en el Complejo Hospitalario de Jaén, revisando, reparando y manteniendo respiradores comerciales.
Así, Ángel Gaspar incide en la necesidad de una mayor inversión en investigación y desarrollo. “En estos últimos meses se ha visto claramente la necesidad por apostar por estos factores para evitar la dependencia de suministradores extranjeros en un mundo que, a veces, no está tan globalizado”, apunta.