Apagones y fuegos artificiales
Ahora que San Lucas ha cerrado el calendario de ferias es un buen momento para reflexionar sobre los apagones y los fuegos artificiales que tanto gustan en este nuestro querido y sufrido Jaén, una provincia muy dada a elogiar los silencios; a alabar, por omisión, al que se pone de espaldas ante los problemas e incluso al que se cuadra ante las vicisitudes de la gente. ¡Qué sigilo! En contraposición, se enaltece en general a gente demasiado mediocre, se ensalzan trayectorias vulgares y eventos excesivamente ombligueros. ¡Qué ruido! Ni lo uno ni lo otro. Término medio. Ni chato ni narigón. Hay otra provincia, a veces muy diferente a la que nos quieren hacer ver.
La galaxia del poder hace su trabajo de promoción de la autoestima provincial y de generación de ilusión. Otros muchos secundan la estrategia por seguidismo y otros están a verlas venir, aunque no molestan por lo que atrás venga. Algunos otros pocos llaman todavía a las cosas por su nombre. Y todo ello entre apagones y fuegos artificiales. ¿Qué contraste, verdad? Entre autoestima barata y victimismo gratuito, yo apelo al realismo responsable y consecuente.
Por cierto, hablando de fuegos artificiales, este año nos hemos quedado con las ganas de ver esa gran traca en Jaén, ahora lo llaman espectáculo piromusical. ¡Con el ímpetu que empezó Montané en la Concejalía de Festejos! Será por culpa de la crisis. Hay que ver qué socorrido está siendo cargar las tintas de todos los males a cuenta de la crisis. A más de uno se le está viendo ya el plumero. Hay crisis, ciertamente mayúscula, pero algunos manosean el término de manera torticera quizá para tapar su incapacidad y para desviar la atención. Juegos malabares.
Hablando de apagones. Ya casi nos hemos olvidado que hace justo tres semanas hubo una huelga general. Huelguita particular la llamo yo. Para qué ha servido. El paro sigue al galope. ¿Qué harán ahora los sindicatos de clase? ¡Qué clase de sindicalismo! Un pasito “palante”, otro pasito para atrás, cantaba Ricky Martin. ¿Seguirán subidos en las tablas del teatro? Pueden y deben virar si no quieren ser organizaciones residuales en cuanto a credibilidad se refiere. Tienen su hueco y su protagonismo si se reactualizan, sin perder su esencia y si no le dan la espalda al trabajador, dejando el sindicalismo de salón y las castas sindicales. Ni el orden ni el caos. Sentido común y responsabilidad, que también es aplicable al empresariado.
Por lo demás, ya tenemos los presupuestos de la crisis, las cuentas con posible peaje peneuvista y canario. Zapatero agotará mandato. A López Garzón lo cesan para que Juan Espadas tenga más resonancia mediática. Las primarias en Madrid no defraudaron y volvieron a darle un revolcón al aparato socialista. Micaela Navarro se salió con la suya en Andújar. Juan Pizarro sigue con su cruzada contra el aparato provincial del PP a propósito del congreso del PP ubetense. Zarrías no vino a la feria de Jaén. Y eso es noticia. Alguien especuló que estaría cocinando la negociación de los Presupuestos con el PNV y quizá por si sonaba la flauta ministerial, que en un pis pas se desactivó. ¿Voladura controlada?
Paco Reyes ya es candidato oficioso del PSOE a la Diputación de Jaén. Irá en las listas de Bedmar, junto a Micaela Valdivia. A Moisés Muñoz no le disgusta el cargo, aunque sabe que su puesto tiene fecha de caducidad. Felipe López hace intentos por relanzar la gestión en la Junta y María del Mar Moreno se prodiga en visitas por la capital, que no por la provincia, muchas veces en actos de escaso perfil político.
Fernández de Moya quiere aprender a pisar la calle. Tampoco es tan difícil si tiene voluntad y convicción. Otra cosa será torear los morlacos que se presenten. Carmen Peñalver sigue a lo suyo, bastante tiene con el día a día. Izquierda Unida medita su candidato y su estrategia para el trecho final de esta legislatura. Puche reaparece, como los turrones navideños, para denunciar la gestión socialista a cuenta de los austeros Presupuestos del Estado.
Rajoy y Arenas, entre tanto, quieren ir a por todas en Linares, sin complejos y sabedores de que la ocasión la van pintando calva. El pacto de legislatura en La Carolina se tambalea un año después de la moción de censura, y el Real Jaén, sin levantar cabeza.
Parece que la cosa está de apaga y vámonos. O nos quedamos y encendemos las luces.