La gasolina de la indignación
El encarecimiento del petróleo, que ha pasado en un año de costar 73 dólares a 96, ha impulsado el precio de los carburantes en España en un 18% en los últimos doce meses hasta sus niveles más altos de la historia. Según el boletín petrolero de la UE, el litro de gasolina costaba de media al cierre de la pasada semana 1,285 euros, por encima de los 1,276 euros que marcó en verano de 2008 con el crudo en máximos históricos de 147 dólares por barril.
El gasóleo, que es el combustible más usado en España, sin embargo, se mantiene a 11 céntimos de su récord de hace más de dos años y costaba de media durante la semana pasada 1,217 euros por litro. Con estos precios, llenar el depósito de gasolina de un coche (50 litros de media) cuesta ahora 64,25 euros, cerca 9 euros más caro que hace un año. Si el automóvil es diésel, la diferencia se aumenta ligeramente hasta los 10,4 euros ya que ahora supone un desembolso de 60,85 euros.
El incremento del precio de la gasolina corre en paralelo al de la materia prima, aunque ni en euros ni en dólares la cotización del barril de brent se acerca a la que alcanzó en el verano de 2008. De entonces a ahora, lo que sí ha habido ha sido un claro incremento de la presión fiscal. En este periodo, el Gobierno ha subido el impuesto de hidrocarburos (en 2,9 céntimos por litro) y el IVA (del 16% al 18%), de modo que, en comparación con aquel año, la porción del precio que se explica por la tributación ha crecido.
Pese a las últimas decisiones del Gobierno, el precio de los combustibles en España sigue siendo inferior a la media de la zona euro (1,4 euros por litro de gasolina), en donde los impuestos pesan más. No obstante, si se elimina la carga impositiva, ambos carburantes son más caros en España que el precio medio de la UE.
Si han tenido la paciencia de leer hasta aquí, he de aclararles que no es que me haya convertido en un experto de los precios de la gasolina, simplemente me he limitado a reproducir una información publicada el jueves, 20 de enero, en el diario digital EL PAÍS.
A lo que añado: Los sueldos de los funcionarios bajan un 5%. Las pensiones, congeladas en 2011. La firma de convenios colectivos por los suelos y a la baja en cuanto a incrementos salariales. El IPC de 2010 ha terminado en un 3%. La luz ha subido un 10%. El gas un 4%. Y el IVA pasó en verano del 16 al 18%. Eso sí, el salario mínimo interprofesional sube la friolera del 1,3% hasta situarse en los 641,40 euros. Mientras los precios de estos principales servicios no paran de subir las rentas de los ciudadanos se mantienen estancadas
El depósito de la paciencia de los ciudadanos alcanza niveles históricos. Creo que la resignación también. Tiene su cosa que haya sido un hombre de 92 años, Stéphane Hessel, quien, sobre la situación de crisis económica general, haya publicado un librito de 32 páginas, último éxito editorial en Francia, con el titulo de ‘¡INDIGNAOS!’.
Pues eso.