El mapa del bipartidismo en Jaén
Hace apenas un mes se celebraron las elecciones municipales. Ya se han constituido las corporaciones locales y ya tenemos perfectamente establecido el mapa político para estos próximos cuatro años al que sólo le falta el trámite formal de la constitución de la Diputación Provincial de Jaén. Una institución ahora en el punto de mira y en pleno debate al plantear algunas voces abiertamente su supresión con el fin de conseguir la pretendida austeridad.
Después de estos comicios, el nuevo mapa político constata como primera conclusión que el PP gana en las grandes ciudades, recupera de una manera incontestable la capital y avanza electoralmente en el medio rural, su asignatura pendiente. De hecho es la primera fuerza política en los partidos judiciales de Jaén, La Carolina y Martos. Y enfrente está el PSOE, un partido todavía hegemónico en Jaén que, pese a todo, ha resistido a duras penas el vendaval del PP en la provincia y que necesita, quiera o no, hacer autocrítica sobre su retroceso, más allá de la socorrida crisis económica.
Y lo que se consolida de forma palmaria es el bipartidismo también en la provincia, en la que como no hay asunción de responsabilidades políticas por los resultados, pues no hay dimisiones, aunque sí llamativas renuncias y sonoras espantadas.
Los pactos antinatura volvieron a funcionar y no defraudaron. El PSOE e IU tienen en algunos municipios algo más que un problema de entendimiento y sería bueno reflexionar sobre las razones de este desencuentro. Por lo demás, ¿habrá segunda vuelta en estos ayuntamientos con pactos antinatura o con gobiernos en minoría a través de futuras mociones de censura?
Las elecciones han dejado a muchos políticos tocados y a otros prácticamente hundidos y amortizados. El espíritu de colaboración de Canena ha venido a demostrar a la gran mayoría que hay otra forma de gobernar y de entender la política, más allá del enfrentamiento y del partidismo.
Entre tanto, en los aparatos y en los laboratorios políticos se escoge el argumento y el ángulo que más les beneficia y todos tan contentos. Se justifican así. El PSOE se queda con que es todavía el partido hegemónico, con tres puntos de diferencia cuando hace cuatro años la diferencia era de 16, y que gobierna en 54 municipios, mientras que el PP dice gobernar a más jiennenses. Aquí el que no se consuela es porque no quiere.
Por lo demás, estos resultados tendrán, de una u otra manera, influencia en el plano orgánico. Los que han ganado lo tendrán más fácil, sobre todo porque podrán elegir si mantienen el control interno del partido o dejan paso. Los que han perdido estarán debilitados y pensando si los críticos plantearán batalla y si se medirán fuerzas. ¡Cuerpo a tierra que vienen los míos! Ruido y murmullo al margen, no creo que se esté en una situación ahora de afilar cuchillos ni tampoco de cerrar filas falsamente allí donde los resultados no hayan sido buenos. La sangre no llegará al río.
Y mientras tanto falta que arranque la nueva Diputación Provincial, en la que Francisco-Paco Reyes ha primado para su grupo de diputados socialistas el café para casi todos: para ganadores y perdedores; para políticos con años de oficio y para alguna que otra revelación, y con una renovación que es más formal que de fondo. Da la sensación de haber realizado un equipo de gobierno en clave congresual.
Sea como fuere el nuevo mapa político es el que es. Ahora toca gobernar o ejercer la oposición, desde la responsabilidad, la gobernabilidad y con el cumplimiento de los programas electorales, pensando en que cada día los ciudadanos juzgamos el trabajo realizado y como si votáramos en cada jornada y no cada cuatro años. Toca dar el callo y debería estar prohibido vegetar.