Zarrías el desterrado
Ya tenemos a tiro de arco las elecciones generales del 20N. Soplan encuestas de cambio. Palabra ésta de notable uso político con independencia de la adscripción ideológica de quien la pronuncie. ‘Por el cambio’ fue el eslogan con el que ganó Felipe González los comicios de 1982. Ahora, casi 30 años después, ‘el cambio’ ha sido el elegido por el quipo de Rajoy para que le guíe hasta la Moncloa.
En esta tríada, efectivamente, han cambiado muchas cosas en este país: conseguimos ser europeos, dejamos la peseta por el euro, la ideología por los mercados y el ladrillo por el paro. Dejamos un país en blanco y negro para adentrarnos en el del gris-oscuro-casi-negro. Lo que sin embargo me parece increíble es el inmovilismo que se mantiene tan vivo como hace treinta años en lo que se refiere a la confección de las listas para el Congreso de los Diputados. “¡Uff, las listas!”, resopló el líder nacional del PP cuando en una entrevista por la radio se le preguntó por ese asunto.
Aquí en Jaén, a lo que parece, no ha habido tanto ‘uff’. Zarrías de número uno al Congreso y por unanimidad. Gaspar de ese modo se desmarca de la política autonómica en la que se ha mantenido en los últimos treinta años. Recordemos que ha sido diputado en el Parlamento de Andalucía por la provincia de Jaén desde su primera legislatura en 1982, y ha repetido en 1986, 1990, 1994, 1996, 2000, 2004 y 2008. Es el destierro político del Sur.
En 2010 dejó la secretaría general de los socialistas a su segundo y siempre fiel Francisco Reyes, que ha dejado ahora su escaño de diputado en el Congreso para dedicarse en exclusiva a la presidencia de la Diputación, que ha ganado hasta 2015.
Zarrías, tras tres décadas pateándose Andalucía y esta provincia ha visto cómo ha venido en su auxilio Rubalcaba para situarle al frente de la lista por Jaén. Estaba cantado que Griñán no iba a mover un dedo para que siguiera en la cámara andaluza. Así que G. Z. se mantiene vivo políticamente. Y controlando la provincia, como desde siempre, al menos mientras que los socialistas tengan el poder.
Tal vez era el momento para que se hubiera tomado un descanso. Se lo merece. Aunque sin duda su vena política le impide pensar en esa clase de veleidades. De paso, habría sido una estupenda decisión que una mujer hubiera encabezado la candidatura al Congreso. Así se haría más efectiva la igualdad para que el llamado ‘efecto cremallera’ (un hombre una mujer en la listas) fuera más real que teórico. Este año al Congreso sólo se elegirán por Jaén cinco diputados. De modo que al encabezar un hombre la candidatura queda configurada por tres hombres y dos mujeres. Perfecto. Pero entonces ¿cuál es el motivo por el que una mujer no encabeza tampoco la candidatura al Senado?