Irisaciones poéticas del aceite de oliva
A las puertas de la Diputación, en la Plaza de San Francisco, expone el artista jiennense Paco Fuentes (hijo de otro gran Paco Fuentes, amigo nuestro) y lo hace con ideas novedosas. Se trata de una muestra creativa con metáforas sobre el aceite de oliva. El término metáfora lo utiliza el propio autor, con toda la razón, porque de su mano, el aceite de oliva, y su color ambarino, recrea figuras y objetos cotidianos, de los que se extrae una cierta visión poética que sobrepasa con creces el valor material que le concedemos al producto.
La exposición es, por ello, doblemente original e interesante, tanto por su naturaleza creativa como porque, al fin, se busque un alma trascendente a la materia prosaica del aceite, dentro de las expresiones plásticas.
Pocas veces ocurre esto en el universo del olivo, al margen de los lugares comunes ya trillados del plateado Jaén o el mar de olivos. Porque el sector siempre ha dado la espalda a una vertiente cultural de su mayor riqueza, que la tiene, o debiera tenerla si fuéramos un pueblo más agradecido. El afecto del agricultor hacia el árbol del que vive, aquí siempre ha brillado por su ausencia, inexplicablemente.
De alguna manera, la exposición de Paco Fuentes rompe con esa desidia, y le felicitamos por ello.
Esta mirada áurea del olivo, en forma de cosas comunes, no está exenta de cierto misticismo: lámparas, irisaciones de cristal, maderas estilizadas que recrean siluetas reconocibles, o la pura anécdota poética del velero navegando por un untuoso mar de color verde, donde el barco es una tostada de pan desplegando en su palo mayor la servilleta de un bar. Toda una alegoría al rumbo sinuoso y frágil del sector.
Enhorabuena al artista y a los promotores de la iniciativa, que se inscribe en los actos colaterales de Expoliva dentro de ciudad, con un interés que rebasa el mero mercantilismo de la feria, para adentrase en valores de tipo cultural, de no menor importancia.