El giro radical del Real Jaén
El fútbol no tiene memoria. No hay que ser un experto en este deporte para saberlo. El Real Jaén ha pasado, en solo dos temporadas, de no tener luz en el estadio por falta de pago, a jugar con equipos como el Sevilla (Trofeo), Sporting (Liga) y Depor (Copa). Un giro radical que la afición está viviendo con intensidad y con ilusión. Se ha pasado de jugar en campos que no eran estadios a disputar partidos ante más de 20.000 espectadores y frente a jugadores que hace solo unos meses militaron en la Primera División del fútbol español.
Los cambios en el club están siendo rápidos y gigantescos. La afición vibra y la provincia respira ambiente de fútbol por los cuatro costados. Es un sueño hecho realidad. Todo es bonito ahora, llegan los "grandes" al estadio de La Victoria y Jaén suena con fuerza en España gracias a la marca futbolística de una entidad que estuvo a punto de dejar de existir por culpa de las avaricias, las decisiones torcidas y valentía del ignorante.
El Real Jaén está ahora en la parrilla de salida. Puede llegar a meta o quedar relegado a la mediocridad. Esta vez no hay herencias insalvables y hay tiempo para construir una base sólida. Los dirigentes tienen terreno fértil para sembrar y el abono debe ser el adecuado. Los que mandan tienen la palabra. Ya no es tiempo de medias verdades, toca hacer un proyecto profesional, moderno y transparente.
El fútbol es como un juez, no aprieta para que actúes con coherencia y con arreglo a derecho pero si no lo haces, acaba sentenciándote.
El tiempo nos dirá para donde camina este club plagado de heridas y de alegrías. Lleno de sensaciones encontradas. Es una labor de todos pero una labor imposible si los que rigen los destinos se empeñan en repetir la historia.