‘Tranvía Crucis de Jaén’
La Navidad de 2013 nos ha traído una gratísima noticia, una noticia que llena de orgullo a la profesión de los que nos dedicamos a informar. Un grupo de periodistas, guionistas y productores de cine, con su esfuerzo personal, es decir, sin ningún tipo de ayuda externa, han elaborado una serie documental que analiza el tema seguramente más candente, y desde luego polémico, de cuantos han polarizado la opinión pública jiennense en los últimos años. El título lo dice casi todo: “Tranvía crucis de Jaén”.
Jorge Pastor, uno de los promotores, explicaba en el acto de presentación que el trabajo realizado no era otra cosa que periodismo, periodismo audiovisual. Tan simple como escandaloso: periodismo. Le faltó añadir independiente, pero no resultaba necesario, por obvio.
A lo largo de varios capítulos (estreno exclusivo en la red, en el sitio www.viacrucisjaen.com, y durante varias semanas, todos los jueves, a partir del 19 de diciembre, siempre a las 9 horas) se analiza la realidad de un proyecto en el que las Administraciones Públicas han invertido 120 millones de euros, pero que, a diferencia de otros muchos inacabados, se encuentra abandonado desde el día mismo de su frustrada inauguración.
La narración queda vertebrada a partir de estaciones numeradas o paradas del imaginario medio de transporte. Se van sucediendo las preguntas y las respuestas, en un argumentario que, aún por muy conocido, no deja de llamar la atención. Aquí es la ciudad, su gente, la que habla. Todas las opiniones aportan una visión apreciable del problema (la única premisa del trabajo es que nos hallamos ante un problema). No sobra ninguna, salvo las de los políticos, sencillamente, y en palabras de los autores, porque eran “opiniones planas y previsibles”, que no aportan nada.
El documental se vuelve en esos términos, un trabajo riguroso de introspección social que va más allá de la tesis utilizada como vehículo para el guión. No es solo el tranvía. Jaén parece estar condenada a lo largo de su historia, a episodios de frustración como este, que muchos interpretan como el “quiero y no puedo” de una clase dirigente incapaz e irresponsable.
Desde luego el trabajo no tiene nada de perfil neutro, como modestamente afirmaba uno de sus autores. Sí es neutral, pero desde una fuerte carga de sensibilidad social, que la mayoría de las veces la ciudad no puede mostrar, para vergüenza de sus autoridades.
Cabe insistir en la ausencia de apoyos económicos en este “Tranvía crucis de Jaén”. Ni fondos públicos ni privados ajenos a la propia iniciativa. Ni organismos, ni editores, ni gabinetes de prensa. Al fin, periodismo.