Altura de miras
El permanente enfrentamiento al que nos someten casi a diario nuestros políticos, sean del ámbito que sean, no es más que el reflejo de la falta de altura de miras de los que nos gobiernan. Vamos a quedarnos con el caso de Jaén, donde el ejemplo más patente se escenifica en la confrontación, tan estéril como insulsa, entre el alcalde de la capital, José Enrique Fernández de Moya, del PP, y las instituciones gobernadas por el PSOE, a saber Junta de Andalucía (PSOE-IU) y Diputación Provincial.
El espectáculo tan lamentable que se está dando en relación con la sede del Conservatorio Superior de Música de Jaén es el último, pero no el único, episodio de un serial que aburre, pero también indigna, a los ciudadanos. No es de recibo que, una vez lograda la cesión a la ciudad de la sede del Banco de España (cerrada desde hace una década), Ayuntamiento y Junta de Andalucía se hayan puesto chinas en el camino hasta abortar un proyecto que se vendió con mucho humo y que es muy demandado por la comunidad educativa del Conservatorio. Primero fue el alcalde el que condicionó el Conservatorio en el Banco de España a que acogiera también el Archivo Municipal, una propuesta que la Junta rechazó de plano alegando impedimentos técnicos. Y después fue la Junta la que no quiso comprometerse a culminar las obras en tres años, como le demandó el alcalde. El resultado ha sido que la Junta, de manera unilateral, ha enterrado el proyecto del Banco de España que vendiera en su día el expresidente José Antonio Griñán, y ha anunciado la obra al final del Paseo de España o bulevar, alargando el plazo de ejecución a no menos de 40 meses.
Al final, el sentimiento que queda entre la ciudadanía con este esperpéntico circo político es la escasa o nula voluntad de nuestros gobernantes por hacer realidad lo que ellos mismos nos prometieron. ¿O es que tanto marear la perdiz no esconde otra cosa que la falta de recursos económicos?
El Conservatorio Superior de Música, tan necesario en una provincia con tanta tradición musical, evidencia la pequeñez de nuestros gobernantes. Algo que también queda de manifiesto a cuenta del futuro Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la capital, que no acaba de llegar porque Ayuntamiento y Junta no hacen más que lanzarse la pelota a su tejado.
Tampoco la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, parece que contribuya demasiado a limar las asperezas con el gobierno del PP en la capital. Pues no se entiende si no que haya venido a Jaén dos veces y no haya tenido tiempo para recibir al alcalde jiennense, como sí ha hecho en las visitas a otras capitales. Claro que no es de recibo que la respuesta del alcalde al desprecio de la presidenta sea ausentarse del homenaje a Aprompsi en su 50º aniversario. ¿Qué culpa tendrán los discapacitados de los desencuentros entre los políticos? ¿Es que ya ni siquiera hay sensibilidad con los colectivos más débiles?
Lo dicho, cada día más se echa en falta grandeza y altura de miras de nuestros políticos, que al fin y al cabo se deben al pueblo y no a sus intereses partidistas.