Zarrías, cuando más llueve
Llegó al PSOE de Jaén cuando más llovía, en diciembre de 1993 (sí, 1993, ya sé que algunos estáis pensando en el 22 de enero del 94, fecha del congreso extraordinario, pero antes de ese congreso se produjo el primer golpe del comité provincial ordinario del viernes 17 de diciembre, donde Carvajal y De la Torre -oficialistas- perdieron sus primeras votaciones en 11 años en el seno del PSOE jienense a manos de Zarrías y Juan Torres -renovadores-: 129 votos en contra de la dirección y sólo 68 a favor, fue el resultado que se repitió aquella noche propuesta tras propuesta, y se votaron hasta tres: el presidente de la mesa , la incompatibilidad de que el presidente de la Junta fuese secretario general del PSOE Andalucía y la definitiva, el adelanto del congreso extraordinario del PSOE Jaén al 22 de enero, justo un mes después de esa noche).
Pues eso, decía que Gaspar Zarrías llegó a la dirección del socialismo jienense cuando más llovía (escándalo del caso Guerra y otros, un gobierno central en la recta final de un González agotado, y una crisis en Andalucía que mantenía de uñas a Carlos Sanjuan -malagueño y guerrista reconocido, secretario general del PSOE Andaluz- y a un candidato que la renovación de Ferraz había bendecido, Manuel Chaves, (presidente de la Junta que perdía las votaciones en el comité director del PSOE Andalucía al no controlar el partido) que aspiraba a la secretaría general.
Salvando las distancias, Zarrías deja el PSOE de Jaén en una situación que tiene algunas similitudes con aquellas del 1994: Griñán (presidente de la Junta) queriendo hacerse con las riendas del Partido en Andalucía, la lluvia que no cesa en forma de crisis sobre el Gobierno central, las encuestas menos favorables que nunca en Andalucía, el paro ensanchando horizontes y los barones provinciales a la espera de los próximos movimientos del Congreso extraordinario del próximo marzo para ver por dónde va definitivamente Griñán.
En medio de ese escenario, que a cualquier otro echaría p'atrás, Zarrías no se achica y acude a la llamada del Partido (él suele decir que siempre está disponible) para arrimar el hombro en Madrid. Triple salto mortal, llamaría alguien a eso, y algunos hasta no se creen que el conseguidor de los últimos 20 años (sí, ya sé que han sido 16 al frente del PSOE Jaén, pero desde algunos años antes de eso ya estaba consiguiendo cosas a los alcaldes que le llamaban desde esta provincia) se vaya a ir ahora definitivamente de Jaén.
Pues eso, que al igual que el de Cazalilla llegó para mojarse en Jaén, ahora no se encoje, saca pecho, se mesa el bigotillo y se dispone a mojarse junto a un Zapatero en sus horas más bajas. Cuando más llueve de los últimos años. Aunque, como el suele decir, es un corredor de fondo al que le atraen las situaciones difíciles. Y si no, que le pregunten como se apaña para tocar tantos botones a la vez. Y no me estoy refiriendo a los del Senado, aquello de la leyenda urbana que le adjudicó al de Cazalilla lo de votar con el pie, cuando en realidad fue su compañero de escaño el que lo hizo.