Figuras y figurones, pero poco equipo
Ya acabó el clásico de los clásicos. El Real Madrid volvió a perder. Que me perdonen los madridistas, pero este equipo no trabaja en equipo, valga la redundancia. Tal y como sucede en la provincia de Jaén. Aquí también se trabaja poco en equipo. Hay poca visión de trabajo colectivo. Tenemos muchas individualidades, algunos excepcionales equipos y muchas figuras y figurones.
Aquí hay mucha dialéctica, pero no hay el suficiente músculo para lo sustantivo. Y eso sucede en la clase política, en el mundo del aceite, en la cúpula empresarial o en tantos otros ámbitos. Las grandes decisiones se imponen de arriba a abajo. Sin rechistar. Y lo que es peor, las toman unos pocos poquísimos. ¡Calidad democrática que se llama!
Hoy todo es muy de manual, de argumentario, de muy políticamente correcto con el que decide el guión; en fin, todo muy previsible. Quizá sea el triunfo de la mediocridad, cuando no el redescubrimiento de lo corriente. Por eso echo mano del club de moda, el Barça, para pedir que se trabaje más en equipo en nuestra provincia, con vista más larga e incluso con faro crítico y autocrítico. Pero no sólo para hoy. Hay que saber sembrar también para el mañana.
Y es que faltan en la provincia de Jaén muchos “Guardiolas” con verdaderas ideas y con razonable ilusión; nuevos equipos que jueguen colectivamente como el Barça; capitanes que se echen sobre sus espaldas más responsabilidad. Figuras y estrellas que trabajen con la humildad del genio Messi; con el mérito y la capacidad del centro del campo culé; con el sacrificio de la defensa que comanda Puyol; con la modestia y con el desparpajo de su cantera.
O sea, con liderazgo, con valentía, con ideas renovadoras, con calidad, con valía, con aptitud con P, con autocrítica. Con toque, toque y toque para ganar bien y bonito el partido del presente y del futuro de Jaén. En esta provincia nuestra de Jaén sobran estrellas y fútiles debates que nos estrellan; muchas carreras de fulgurante estrellato; menos dualidad de conmigo o contra mí; hacen falta más voces plurales; menos perpetuarse en los cargos; no eternizarse en estrategias estériles e inútiles que conducen a la nada.
Menos conflictos artificiales de los que sacan partido y viven sólo unos cuantos y, sobre todo, muchísimos menos prohombres que van de salvadores cuando lo único que hacen es salvarse ellos. En fin, menos castas y más sociedad civil. Sé que puedo estar clamando en el desierto, pero no estaría nada mal aplicar este símil sobre la filosofía de la era Guardiola a la provincia de Jaén.
Porque la grandilocuencia y la pomposidad de este Real Madrid de galácticos con pegada son sólo fuegos artificiales que se apagan tras hacer ruido y más ruido. Y lo que es peor, con eso no se ganan títulos, son sólo cenizas, y así el equipo blanco acaba el año en blanco.
Por eso, debemos trabajar más en equipo. Y además, no queda más remedio que hacerlo juntos si queremos avanzar. Aprendamos la lección de grupo que nos da cada semana esta generación que coordina Guardiola. Porque así los resultados y los éxitos llegan en tiempo y forma. Se saborean mejor y ganamos todos o casi todos, que al fin y al cabo es lo importante.