La lluvia arrasa el 20% de la producción de aceituna de Jaén, según la Coag

La mitad de la cosecha está ya en el suelo y para cuando las cuadrillas puedan acudir a recolectarla, será ya tarde en muchos casos, al quedar hincada en el suelo o haberse perdido por las escorrentías, según ha informado esta tarde Coag-Jaén, que cifra entre un 15 y un 20% las pérdidas de la producción de la actual campaña.

Los efectos del temporal se empiezan a evaluar cuando la climatología aún sigue azotando a la provincia. Según una nota informativa de la organización Coag Jaén, los olivareros ya no sólo deben temer el precio del aceite de oliva, que se cotiza a 1,95 euros el kilo durante la última semana, sino que ahora, la gran amenaza a la que se enfrentan es la lluvia, que “ha conseguido en tan sólo una semanas ser el principal quebradero de cabeza de los agricultores.

Según Coag, el agua ha tirado entre el 50 y el 60 por ciento de la aceituna al suelo, con el factor añadido de que a estas alturas, tan sólo se ha recogido el 10 por ciento de la cosecha. Al comenzar las precipitaciones a mediados de diciembre, las cuadrillas tan sólo habían trabajado una media de quince días. “Y eso como mucho, porque en algunos casos no han echado más de una semana”, apunta el secretario general de COAG-Jaén, Rafael Civantos.

Catástrofe

Ante este panorama, se puede hablar de que la lluvia ha arrasado con un 15 ó 20 por ciento de la cosecha, que estaba prácticamente iniciándose. “Es una catástrofe porque significa una parte importantísima de la producción”, añade Civantos.

Aunque otros años ha llovido copiosamente, los tajos ya tenían al menos el 60 por ciento del fruto recolectado. Ahora, el aceite perdido se estimará sobre el 90 por ciento que aún queda en el campo. “Y con el agravante de que la mitad está ya en el suelo”, por lo que cuando las cuadrillas puedan acudir al tajo (una vez que deje de llover y se pueda trabajar en las parcelas) mucha de ella estará hincada en el suelo y con mucha humedad, por lo que será gran cantidad la que no se pueda ni coger para llevarla a la almazara.

 “No recordamos ningún año con unas pérdidas tan elevadas en una campaña y que afecten a prácticamente la totalidad del sector olivarero. Los agricultores están desesperados porque saben que estas lluvias están dañando aún más su olivar y su economía”, sostiene Rafael Civantos.

A la importantísima pérdida de producción que están padeciendo, los agricultores deben unir además el aumento del coste en la recolección, ya que deberán acometer más gastos ahora que la mitad de la cosecha está en el suelo, ya que la recolección será más lenta y deberán emplear más jornales.