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Crónica Ibérica

“Que ningún tipo de mezquindad haga perder la oportunidad a un pueblo  de disponer dignamente de su pasado… para hacer llegar en las mejores condiciones a las gentes la autoestima y la riqueza que genera el disfrute colectivo del arte y el conocimiento de la historia bien contada”, escribió en 2001 en una conferencia para abrir el curso académico 2001-2002 el catedrático de Prehistoria Arturo Ruiz. Ver datos Museo.

Pues bien, las mezquindades políticas entre la administración local, provincial, autonómica y central son las que han impedido hasta hoy que el monarca Felipe VI inaugurara, y solo parcialmente, el tan esperado Museo de Arte Íbero de Jaén. Un espacio expositivo de 9.000 metros cuadrados útiles y 27 millones de presupuesto en pleno centro de la ciudad, construido en el antiguo solar de la prisión provincial cerrada en 1991. Un museo único para la protección, defensa y difusión de la cultura íbera (desde seis siglos antes de Cristo) en la que son claves los yacimientos de Cerrillo Blanco, en Porcuna, y el Pajarillo, en Huelma.

Había mucha expectación para ver por fin abiertas las puertas del reluciente Museo Íbero de Jaén. Por eso, quien ha esperado 19 años a que un proyecto se hiciera realidad, podía aguardar tres cuartos de hora la llegada del Rey Felipe VI a la inauguración de este flamante espacio expositivo de la cultura íbera. El retraso, que tanto molesta a la Casa del Rey ya que suele seguir los horarios con una rigurosidad extraordinaria, fue debido a las inclemencias meteorológicas.

La lluvia y el viento obligaron a cambiar los planes previstos. El monarca iba a realizar el viaje en coche hasta Jaén. Sin embargo, a última hora se decidió que el mismo se hiciera en un avión de la Casa Real que lo llevó hasta Granada y desde ahí en coche hasta Jaén.

El rey, sin embargo, no pronunció una sola palabra oficial durante el acto inaugural, en el que solo habló la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Se palpaba en el ambiente un aire de cierta improvisación. 220 invitados y 120 representantes de los medios de comunicación esperaban en corrillo el acontecimiento sin saber muy bien qué hacer. Hasta los ‘sabios’ de la cultura íbera, los catedráticos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Jaén, Arturo Ruiz y Manuel Molinos, estuvieron trabajando hasta última hora de la noche para preparar la exposición temporal, de la que son comisarios.

Una improvisación que demuestra el hecho de que no se haya producido un nombramiento oficial, que se sepa, de la que es la nueva directora del Museo, Concha Choclán. De ahí que ayer muchos desconocieran su nombre. Y es que aunque no se haya hecho oficial, la presidente de la Junta, lo ha dado por hecho puesto que en su discurso de inauguración la mencionó como directora del Museo Íbero de Jaén. El artículo 7 del decreto de la Junta para la creación del Museo dice que “la persona titular de la Dirección del Museo Ibero será nombrada mediante el procedimiento de libre designación, entre personas funcionarias de carrera de la Administración de la Junta de Andalucía, pertenecientes al Grupo A, subgrupo A1.2, del Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museo y/o de Patrimonio Histórico y que posean titulaciones relacionadas con el desarrollo de las actividades propias del museo, de conformidad con la normativa reguladora de la función pública”.

Por otro lado, la ubicación del museo en Jaén responde tanto a la importancia de la provincia por la cantidad y calidad de sus restos arqueológicos, yacimientos y sitios (más de 550 conocidos hasta ahora) como al papel de su universidad en el estudio de este periodo cultural. Viene a testimoniar el gran esfuerzo en investigación y difusión que sobre esa cultura se está realizando en la provincia de Jaén, con la existencia de diversos grupos de investigación y la creación en 1998 del Centro Andaluz de Arqueología Ibera radicado en la Universidad de Jaén y convertido en julio de 2012 en Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica perteneciente a la Universidad de Jaén. La importancia de las colecciones íberas y la pujanza de la investigación que se realiza en Jaén han sido fundamentales por parte del Gobierno de Andalucía para elegir a Jaén como punto de referencia para el estudio y difusión de la riqueza cultural ibera de Andalucía.  .

Por eso, sorprende que este excepcional museo abra sus puertas solo con una exposición temporal, titulada ‘La Dama el Príncipe, el Héroe y la Diosa’, puesto que aún no ha sido aprobado el plan museográfico (exposición permanente), pendiente de negociación con el Ministerio de Cultura y con el que se dará coherencia a tan magnas instalaciones.

Según el decreto de octubre 2017 de la Junta de Andalucía para su creación el museo “está previsto que entre en pleno funcionamiento en 2019”. Para los dos próximos años se tendrán que  presupuestar, según la documentación anexa al decreto, otros 9 millones de euros. La Junta ya ha advertido que asumirá los gastos corrientes y ya veremos qué pasa con las inversiones necesarias para cubrir su presupuesto en el futuro.

No es descartable que entren de nuevo en juego las mezquindades políticas. A pesar de la larga espera para ver definitivamente abierto el museo, es también sorprendente que abra sus puertas sin personal funcionario o laboral contratado y lo haga sólo con personal externo, como ha denunciado en los últimos días el sindicato Ustea. Por otro lado, los 36 puestos de trabajos previstos en el decreto de creación, sólo se cubrirán en su totalidad a partir de 2019. Por ahora tendrá la mitad de personal.

Grupos como la Asociación de Amigos de los Iberos, con Pilar Palazón al frente, están hoy contentos porque un anhelo por el que han luchado tantos años se hace realidad. Satisfechos del todo, no. Nada hubiera sido  posible sin su afán reivindicativo y sin la tozudez y trabajo riguroso del instituto Universitario de Investigación  en Arqueología de la Universidad de Jaén, que dirige otro investigador de la cultura íbera, Manuel Molinos.

Ha sido tanto el tiempo de espera y desesperación, tantos los retrasos, y tantas las promesas incumplidas que investigadores y estudiosos como Juan González Navarrete (pionero de la investigación arqueológica en Jaén) y Constantino Unghuetti no podrán ver expuestas piezas de enorme importancia (Cerrillo Blanco, Porcuna) que ellos mismos descubrieron, restauraron y custodiaron.